Nada me interesa ahora, sólo tú;
todo me es extraño, nada me traspasa,
todo me es ajeno, hasta mi casa;
enervado, sublevado voy sin tu luz.
Molesto como un muerto sin ataúd,
avieso como un dolor que no pasa;
erial quemado por el sol que arrasa
soy yo, epítome de laxitud.
No hay vuelta atrás en el punto de inflexión,
blandir metal o desangrarme sin sangrar.
Acertijo cruel se volvió la vida.
¡Qué el mar me prevenga de la inacción!
Porque en tu corazón he de desembarcar,
aunque mi barca de amor sea hundida.
avieso como un dolor que no pasa;
erial quemado por el sol que arrasa
soy yo, epítome de laxitud.
No hay vuelta atrás en el punto de inflexión,
blandir metal o desangrarme sin sangrar.
Acertijo cruel se volvió la vida.
¡Qué el mar me prevenga de la inacción!
Porque en tu corazón he de desembarcar,
aunque mi barca de amor sea hundida.
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