Agria y dulce es la existencia que vivo,
sólo en ti pensamiento constante,
soy hojarasca y grama edificante
y hornacina de una ídolo a la que sigo.
Hay sólo un cielo y está en tu ombligo,
sendero ignoto al deseo vibrante;
como carne de cañón soy infante
que va al frente de tu fuego enemigo.
Vente conmigo al campo flor radiante
que eres trebolar en un maizal de trigo,
y yo tan yermo soy e insignificante.
Mas aún no he de arrojar el testigo,
que ya la meta veo adelante,
y llegar, llegaré...
aunque me muera en el camino.
sendero ignoto al deseo vibrante;
como carne de cañón soy infante
que va al frente de tu fuego enemigo.
Vente conmigo al campo flor radiante
que eres trebolar en un maizal de trigo,
y yo tan yermo soy e insignificante.
Mas aún no he de arrojar el testigo,
que ya la meta veo adelante,
y llegar, llegaré...
aunque me muera en el camino.
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