Sitial bruno que albergas mis huesos,
déjame ir hoy franco, que ella me espera,
no ejerzas fuerza, cual indómita frontera,
entre su mejilla y la piel de mis besos.
Tiempo hueco con un huraño dueño,
cada día de vida es uno menos de amarla;
cada noche...una más sin poblarla
y una arruga extra, en este fruncido ceño.
¿Por qué no hallo hoy martillo fiero
que de hierro rompa estas cadenas
que me encadenan a tierra y cielo?
¿Por qué, amor de mies y terciopelo,
me flaquean hoy mis dúctiles piernas,
si de quererte tanto, tanto te quiero?
cada día de vida es uno menos de amarla;
cada noche...una más sin poblarla
y una arruga extra, en este fruncido ceño.
¿Por qué no hallo hoy martillo fiero
que de hierro rompa estas cadenas
que me encadenan a tierra y cielo?
¿Por qué, amor de mies y terciopelo,
me flaquean hoy mis dúctiles piernas,
si de quererte tanto, tanto te quiero?
No hay comentarios:
Publicar un comentario