lunes, 16 de julio de 2018

Verano que no es

Pardas mis hojas caen
del árbol que soy
ocre ya.
Es verano
en el bosque muerto,
pero de otoño me siento
y húmedo
como el invierno que vendrá.

Los vientos alisios
que siete años soplan
agitan mis ramas
con su espeso y embriagante
ácido de muerte.
Muerte que se elige,
por pura diversión
y con buena cara.

Ahora se acabó todo,
no quedan zanjas ya
para tanto árbol caído
a manos de sus noches
y sus diablos dormidos,
empero, siempre alerta,
con sus facturas listas,
que siempre llegan,
que siempre se cobran,
Siempre.

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