Ayer, te vi anochecer
y nada tan hermoso había visto
como tú, Sol ardiente de pardo oligisto
poniéndote sobre el rojizo mar de Ber.
Ayer, para siempre me enamoré
y ya todo será distinto,
aunque el mar siga con sus ritmos,
pues yo a tu brillo ya me doblegué.
Ayer, nada más hermoso podía ser,
porque todo lo hermoso estaba en ti
y cuán hermoso no fue sentir
que tengo ojos para poderlo ver.
Ayer no es hoy, ni puede ser,
porque huérfano y extraño
y nada tan hermoso había visto
como tú, Sol ardiente de pardo oligisto
poniéndote sobre el rojizo mar de Ber.
Ayer, para siempre me enamoré
y ya todo será distinto,
aunque el mar siga con sus ritmos,
pues yo a tu brillo ya me doblegué.
Ayer, nada más hermoso podía ser,
porque todo lo hermoso estaba en ti
y cuán hermoso no fue sentir
que tengo ojos para poderlo ver.
Ayer no es hoy, ni puede ser,
porque huérfano y extraño
me siento sin ti,
sin poderte admirar
y sin poderte decir
que siempre te voy a querer.
sin poderte admirar
y sin poderte decir
que siempre te voy a querer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario