domingo, 8 de julio de 2018

Ayer

Ayer, te vi anochecer
y nada tan hermoso había visto
como tú, Sol ardiente de pardo oligisto
poniéndote sobre el rojizo mar de Ber.

Ayer, para siempre me enamoré
y ya todo será distinto,
aunque el mar siga con sus ritmos,
pues yo a tu brillo ya me doblegué.

Ayer, nada más hermoso podía ser,
porque todo lo hermoso estaba en ti
y cuán hermoso no fue sentir
que tengo ojos para poderlo ver.

Ayer no es hoy, ni puede ser,
porque huérfano y extraño 
me siento sin ti,
sin poderte admirar
y sin poderte decir
que siempre te voy a querer.




No hay comentarios:

Publicar un comentario