viernes, 25 de octubre de 2019

Álvaro

Precioso niño que aprehendes lunas
Y las bajas a las cestas y a los aros
¡Qué pequeño eras cuando te asía en brazos!
Y ahora escalarte debo, hasta las alturas. 

Precioso niño de azules ojos
¡Qué tímida mirada y qué grandes manos!
El futuro del hombre, si aún vale algo
En tus palmas está, está a tu antojo.

Precioso niño, ya te haces hombre
y forjando estás un corazón tan noble
de madera de roble en la que asientan 
tus sólidos e imperturbables cimientos.

Niño de mis ojos cuando suena tu nombre
suenan también mil cítaras de colores
que el corazón me colman y me alimentan 
con los más puros sentimientos deste home.




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