Y las bajas a las cestas y a los aros
¡Qué pequeño eras cuando te asía en brazos!
Y ahora escalarte debo, hasta las alturas.
Precioso niño de azules ojos
¡Qué tímida mirada y qué grandes manos!
El futuro del hombre, si aún vale algo
En tus palmas está, está a tu antojo.
Precioso niño, ya te haces hombre
y forjando estás un corazón tan noble
de madera de roble en la que asientan
tus sólidos e imperturbables cimientos.
Niño de mis ojos cuando suena tu nombre
suenan también mil cítaras de colores
que el corazón me colman y me alimentan
suenan también mil cítaras de colores
que el corazón me colman y me alimentan
con los más puros sentimientos deste home.
No hay comentarios:
Publicar un comentario