La lluvia lleva tu nombre
tesoro húmedo lleno de vida,
descolgada de una nube colorida
mojas las ramas de mi techo de hombre.
Lluvia del corazón de la ría
que las raíces de mi tierra empapas
y fertilizas las entrañas de mi alma,
apacigua mi infértil anatomía.
Lluvia de invierno y poesía,
cálame hasta lo más hondo de mi ser
que tu sangre quiero que por mi fluya.
Lluvia anhelada, cesa mi sequía,
que no hay cereal que aquí pueda prender
desde que mi voluntad hiciste tuya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario