Luz

Vivimos en la oscuridad,
en la sombra de lo negro,
la luz es una excepción,
un solemne privilegio.

Vivimos en el universo
como cuerpos negros,
absorbiendo luces
de estrellas y de soles.

Vivimos a oscuras
con las celosías echadas,
siempre a tientas
siempre de najas.

Vivimos aprehendiendo lunas,
lunas de guata blanca
y corazón de azúcar,
preciosas lunas de plata.

Enamorado

Quiero poner letras a lo que siento

mas no es fácil empresa esta,

rebotando en el vano de mi testa

hay una estrella caída del firmamento.

De ella vivo enamorado,

mi cuerpo ingrávido flota sin peso

ante su luz, todo mi universo

es tan sólo un átomo diezmado

Lluvia

La lluvia lleva tu nombre
tesoro húmedo lleno de vida,
descolgada de una nube colorida
mojas las ramas de mi techo de hombre.

Lluvia del corazón de la ría
que las raíces de mi tierra empapas
y fertilizas las entrañas de mi alma,
apacigua mi infértil anatomía.

 Lluvia de invierno y poesía,
cálame hasta lo más hondo de mi ser
que tu sangre quiero que por mi fluya.

Lluvia anhelada, cesa mi sequía,
que no hay cereal que aquí pueda prender
desde que mi voluntad hiciste tuya.

 

Mi vergel

Tengo un vergel enorme
lleno de ausencias y de nadas.
Tengo un vergel insomne
con sólo una flor cultivada.

Es la más bella flor del orbe,
hija del sol y la mar salada.
Pariente de una playa dorada
de arenas finas  y de unas rías.
Prima de unos caudalosos silencios
y de una linda sonrisa... hermana.

Miro a mi flor cada mañana
y a su vera yo me siento,
y la miro, y de su belleza
me enfermo.

Miro a mi flor y sueño
con cortarla y llevármela a casa.
Pero luego me arrepiento y pienso:
no es mía, es del viento
no es de nadie, es del tiempo.

La Luna Morena

Miro las paredes blancas,
desnutridas, encaladas,
y me asusto de su blanquitud,
de su virginal pureza, de su virtud;

En ellas veo reflejada la luna
que entra silenciosa y moruna
arrastrando sus penas
con argénticas cadenas.

Dice que vive siempre a oscuras
que el Sol tiene una aventura;
que a casa ya no viene a dormir
y en el trabajo dejó de refulgir.

Y me musita al oído serena:
persigue a esa morena 
es lo único que vale la pena.
Persíguela,
como yo persigo
mi solar y platónica condena.