jueves, 29 de agosto de 2019

Atardecer

Se desmaya el sol
como oro derretido
se desploma sobre un mar
azul de puro brillo.

Se cae estival la tarde
hipnotizada por sus ojos
sucumben amarillos y ocres
a sus castaños trampantojos.

domingo, 25 de agosto de 2019

Un cielo de caramelo


El cielo eres tú, mi cielo,
nada más que eso,
todo lo que necesito,
todo cuanto quiero.

El cielo eres tú, y un beso,
inesperado regalo
para mi pobre cuerpo, 
tremor de mis huesos.

El cielo eres tú, tu pelo
tobogán descarado
que flota sin peso
como mariposa en vuelo.

Mi cielo eres tú, lo bello
de todo el universo
que se concentra en tus ojos
de avellana y caramelo.



martes, 20 de agosto de 2019

Te quiero

Te quiero,
te quiero a ti y a tus alrededores
pues si algo te atañe es bello
sin importar formas ni colores.

Te quiero,
aunque aún no lo sepas: te quiero
y no te lo digo por no sufrir lamento
de que no quieras lo que yo quiero.

Te quiero,
y es lo mejor del mundo entero
cuando siento que me miras dentro
con esos luceros marrón y negro

Te quiero,
aunque no lo quisiera hacer: te quiero
y si desaparecieras me muero
y resucitaría para morir de nuevo.

jueves, 15 de agosto de 2019

Belleza

La auténtica felicidad
Es entender la belleza
Y yo te conocí a ti
Y lo entendí todo
¿Será que soy feliz?

Tu imagen

Un vacío contorno me rodea
Y enmarca mi interior solo pleno
cuando algo más de ti me acercas
para confortar mi áspero pecho.

Me siento en un averno tan frío
como dos témpanos de hielo que caen
de tus cielos de avellana florido
cuando de mi presencia no saben.

Mas tu imagen de existir es mi razón,
y tus bellos ojos tan sólo un sueño
que habré soñado quizá un millón
de veces en tantos torcidos versos.


martes, 13 de agosto de 2019

Marguerite


El tiempo se para sobre tus fotos
recuerdos que me empapan de nostalgia
y abren viejas cicatrices y hemorragias
en este corazón que dejaste roto.

En vano te quise olvidar Marguerite
pero espurio era cualquier esfuerzo
pues nunca quise aliviar el peso
con el que cargo desque te conocí.

Ahora Santiago llora su triste lira
y alguna temeraria serenata
cala sus piedras como una lluvia gris.

Y yo lloro también mi pena dormida
aquí, en la Artabria no conquistada
que siempre en vela,
sigue esperando por ti.